Está demostrado que la manipulación de los alimentos influye directamente, en mayor o menor medida, en la buena salud del resto de la población. No hay duda de que una manipulación inadecuada de los alimentos puede ser la causa de que se transmitan enfermedades y problemas de salud. Todos hemos conocido noticias que nos informaban de infecciones masivas por culpa de la Salmonela, o enfermedades producidas por el consumo de aceites adulterados o en mal estado. La higiene es la medida más eficaz en la prevención de estos procesos, teniendo en cuenta que el manipulador suele actuar como transmisor en la contaminación de los alimentos.
La legislación vigente obliga a la realización de los cursos de formación como manipulador de alimentos, para el desempeño de cualquier actividad profesional vinculada a la alimentación o la hostelería. Esta formación aporta los conocimientos en seguridad e higiene necesarios, durante todo el ciclo de la cadena alimentaria: producción de materias primas, procesamiento, elaboración, transformación, envasado y embalaje, almacenamiento, transporte, distribución y venta de alimentos. El objetivo final: ofrecer un producto seguro y de calidad.
Se trata de que las empresas puedan garantizar las correctas prácticas en la manipulación de alimentos, de acuerdo a lo que la ley exige y mediante procesos formativos de sus empleados. Estos cursos deberán ser impartidos por entidades reconocidas por la autoridad sanitaria competente, que certificarán y avalarán la formación recibida por parte de los trabajadores.
Los certificados emitidos, tienen validez en todo el territorio nacional y generalmente no caducan, aunque es competencia de las Comunidades autónomas determinar si la formación adquirida en cada tipo de empresa es suficiente o no. En cuanto a la renovación de los mismos, dependerá de la empresa el que sea necesario el reciclaje periódico de los trabajadores.
Con el Certificado de Manipulador de Alimentos se pretende que los trabajadores adquieran los conocimientos necesarios, no sólo en la manipulación de los alimentos, sino concienciar sobre la importancia de cumplir a rajatabla la normativa en materia de higiene, así como inculcar al propio trabajador el concepto de responsabilidad adquirida en referencia a la seguridad alimentaria.