Los microorganismos patógenos y elementos químicos presentes en el medio ambiente, pueden llegar a contaminar las frutas y verduras si no son manipuladas de forma adecuada antes de su consumo. Te dámos algunos consejos para su correcta manipulación.
Durante la compra
- No deben tener magulladuras ni daños externos y la superficie limpia y sana, con el brillo y el color propio de la especie de que se trate.
- Frutas y verduras separadas de carnes, pescados, mariscos y productos de limpieza, durante el trasnsporte a casa.
Conservación en casa
- Conserva las frutas y verduras en la nevera y separadas del resto de los alimentos cocinados y crudos y almacenarse en la zona menos fría (cajones).
- Si las compras cortadas y/o peladas siempre deben consérvarse en el frigorífico.
Manipulación en la cocina
- Manipula siempre las frutas y verduras separadas de otros alimentos, con especial cuidado cuando se vayan a consumir en crudo.
- !Lávate las manos! antes y después de la preparación.
- Todos los utensilios y superficies de cocina que vayas a utilizar deben estar limpios y secos.
- Corta las partes dañadas.
- Recuerda: las hierbas aromáticas frescas (perejil, albahaca…) y los brotes de semillas (soja) las debes lavar igual que las frutas y verduras.
¿Cómo lavar frutas y verduras?
- Lávalas bajo el chorro del grifo, aunque vayas a pelarlas, pues así evitas que la contaminación pase del cuchillo al alimento.
- Usa cepillos específicos para las superficies de las frutas de cáscara dura (melón, sandía…) o algunas verduras (pepino, calabacín…).
- Sécalas con papel de cocina.
- Además, si vas a comer fruta cruda con piel, verdura cruda (lechuga, espinacas…) o verdura cruda con piel (pepino) sumérgelas durante 5 minutos en agua potable con 1 cucharita de postre de lejía (4,5 ml) por cada 3 litros de agua. Después acláralas con abundante agua corriente.
- La lejía debe estar etiquetada como “apta para la desinfección de agua de bebida”.